Prince por Israel Crens
“I never meant to cause you any sorrow
I never meant to cause you any pain
I only wanted to one time to see you laughing
I only wanted to see you
Laughing in the purple rain…
Purple rain, purple rain
I only want to see you
Only want to see you
In the purple rain…”
Prince fue la antítesis, el símbolo, el icono, el músico. Un ente creador y complejo. Talentoso en la cultura pop, rock, parte importantísima del boom de los años 80. Hoy, en este catastrófico año 2016 para la música en que se ha ido una leyenda tras otra, nos toca decirle adiós a este gran músico al que no solo le lloran las palomas.
Prince Roger Nelson personificaba lo que quedó del movimiento glam de finales de los años 70, indumentaria, make up y ese toque glitter que siempre le caracterizó en su look.
Hoy Prince se suma a la tragedia de perder uno tras otro cantantes de una envergadura tal que podemos calificar este año como catastrófico en cuanto a la perdida de talentos tan extraordinarios, únicos e irrepetibles que nos deja una sensación de desolación, de vacío en un momento en que la música no puede superar la crisis de los reality shows que no han hecho otra cosa que perder a la nuevas generaciones en unos ritmos desvirtuados, insulsos, sin contenido, y por añadidura sin ningún aporte importante al rock, al pop, a la música en general.
La muerte de Prince, hoy se suma a la pena de haber perdido a principios de año a David Bowie, Glenn Frey, Keith Emerson, George Martin y Merle Haggard; sumado a esto la triste noticia del cáncer que padece Bill Wyman bajista original de The Rolling Stones. Un año terrible en este aspecto y que aún tiene muchos meses por delante y que esperemos no tenga más desagradables sorpresas, y que de haberlas; debemos tener el estómago para soportar que estos genios no volverán y no hay actualmente quien llene esos zapatos. Queda su legado.
Prince fue el artista responsable de llevar al éxito a otros grupos o artistas con composiciones propias. Si existió en algún momento comparaciones con Michael Jackson en cuanto a talento y éxitos en las listas, esto no viene hoy al caso. Pues tanto uno como otro fueron artistas que iban codo a codo en la década de los ochenta. Uno envuelto en el consumismo comercial y otro más compenetrado en convertirse en un músico de culto.
Kiss (1988) con Art of Noise y Tom Jones, Nothings Compares 2 U en voz de Sinead O’Connor (1990), Love... Thy Will Be Done en voz de Martika (1991) fueron parte de los hits que compartió. La joya de su corona fue sin lugar a dudas su álbum Purple Rain (1984) del film del mismo nombre que le llevó al cenit de las producciones cinematográficas musicales que se hicieron en esa década.
Purple Rain hoy considerado un filme de culto como lo fueron Tommy de The Who (1975), The Wall de Pink Floyd (1982), Streets of Fire de Walter Hill (1984); filme que muestra el trasiego de un músico por ingresar al mundo de la música y que fue más un fiel reflejo de su talento en los escenarios por quién era y como se iba desenvolviendo en la escena del rock.
En contraste hay quienes afirman que fue su álbum doble Sign O the Times (1987) fue su mejor trabajo como artista. Independiente de esto, Prince fue un músico que quiso convertirse en símbolo y al final logró consumar ese anhelo siendo un pilar de las bases del rock pop.
Trasciende alguien que hoy es cubierto por una lluvia que se convierte en lágrimas de un intenso color púrpura. Prince (1958-2016)
Israel Crens
De Culto Vol. II
Walnut Street Ediciones ®
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