Tom Waits / De Culto

Tom Waits  por  Israel Crens

 

 

"Liar, liar with your pants on fire

 White spades hangin' on the telephone wire

 Gamblers reevaluate along the dotted line

 You'll never recognize yourself on Heartattack and Vine..."

 

 

 Existe una mezcla caracterizada por el éxito y la derrota colisionando con estrafalaria extravagancia hacia la nada.

Una intensa búsqueda de amor, sobriedad y felicidad personal que lleva del pináculo de la creatividad a una música emotiva y fascinante, una melancohólica  melodía... La bohemia, el blues, ser calavera, el fracaso, bares, prostitutas, la noche, las luces de neón y claro; Tom Waits.

 

Es la historia de un amante del jazz, autodidacta y borracho que vivía entre cucarachas, con sucios sombreros profesando su pasión por los autos, camiones viejos y desvencijados. Alguien que es capaz de hacer un blues sobre unos huevos con salchichas, de la carta navideña decadente a una prostituta o llevarnos a trasegar el pasado tormentoso de nuestros horrendos pecados a un cementerio.

 

Waits es el mas claro ejemplo de un hombre que ha influido en una toda una generación de músicos vanguardistas con su sonido, la calidez y su disponibilidad para dar oportunidades al desasosiego de una vida atormentada a la sombra del fracaso en los estilos mas puros y estéticos del rythm & blues y del soul.  Quizá por ser tan ecléctico e inquieto –abrigado por la escritura beatnik de William Burroughs  o  Jack Keourac, se le dio fácilmente el ámbito del cabaret y el burlesque, siendo creador y espejo de outsiders dados al alcohol y la bohemia que pueblan ambientes tan sórdidos como románticos, tan míseros como fascinantes, tan teatrales como reales.

 

Tom Waits es ese crooner  noctívago del lumpen, de los barrios bajos henchidos de malas compañías, tragos y humo.

Trastabillando (y viviendo en su auto durante un breve tiempo), es fichado en el 73 por David Geffen en su sello Asylum para grabar su primer LP Closing Time, donde podemos apreciar sus dotes en el jazz y el blues en los temas Ol’55  y  I Hope That I Don’t Fall In Love With You;  ésta última tendría covers de 10 000 Maniacs  y  Bon Jovi  y la primera conoció versiones de The Eagles  y los Smashing Pumpkins.

 

Ya para el 74 deleitaría a propios y extraños con The Heart Of The Saturday Night,  residiendo ya en esta época en el hotel Tropicana de Los Ángeles, trasladando constantemente al estudio un ambiente con sabor a bourbon  y olor a nicotina con cada corte nuevo. 

 

Entrado en el 78 sus concomitancias jazzísticas, impregnadas por etílicos e imaginería y sus narraciones  de corte cinematográfico van asentando su escritura, ahora trasladada con una vocalidad cada vez mas rasposa (también sobada por la piedra filosofal, como la de Leonard Cohen), que ahonda en las emociones descritas.

 

Entrado a 1982, se aleja un poco de pautas tradicionales como el jazz y el blues, penetrando ahora en mundos experimentales y complejos, dándole a su expresión artística una mayor opulencia instrumental, dando énfasis a la percusión y menos al piano acerando su voz para convertirla en su principal instrumento y expandiendo sus historias de perdedores urbanos e impregnando de surrealista algunas narrativas y extremando teatralidad hacia el avant-garde.

 

Sus participaciones ya son tópico de sobremesa con leyendas como Keith Richards, Iggy Pop  y  The Rolling Stones.  Seguiría grabando interesantes discos de aspecto cetrino, freakiesco, reflexivos y nocturnales; este cuervo y poeta maldito nos traduce en cada track su afán por la escena siguiente de la pesadilla perdida o inconexa de nuestros sueños que acompañan el despertar de un músico y letrista único en su genero por parafrasear lo común añadiéndole las notas de un piano, el sonido de un camión destartalado y las horas de dormir aparcado en un viejo Cadillac a la orilla de un freeway macerando la voz en tabaco y alcohol.     

 

Israel Crens

De Culto Vol. I

Walnut Street Ediciones ®

 

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